....Es amarte y no querer dañarte...
Comprendo, es lógico que no me quieras ver... es lógico dejarte vivir y tratar de dilucidar que pasa... es lógico mil veces que tengas el tiempo para ti.
07 diciembre, 2009
16 agosto, 2009
Carta Abierta a ti.
Lo perfecto del ser, es amar y tú me enseñas cuan perfecto eres al hacerlo para mí.
Al dormir, tengo por recuerdo las miles de palabras que pronuncias, lo suave de tu mano sosteniendo la mía, el caminar pausado cuando dejas que el tiempo nos rodee.
Al dormir, te veo junto a mí, cuidando mi soñar, alejando fantasmas de temores y preocupación.
Al dormir, me susurras “tranquila”, y sonrió en sueños, sabiendo que lo estaré, porque tú estarás allí para cuidar de mí y al amanecer, besarás mi frente y sabré que así fue.
Es extraño, que de un tiempo a la fecha, cuanto han cambiado mis sentidos. El cómo te las has ingeniado para hacerte necesario, él cómo con calma y bases, me haces ver y comprender que realmente te soy especial.
… Me alegra el alma oír tu voz, me alegra el ser, saber que estás allí y en mí.
Al dormir, ruego por un amanecer junto a ti… te has vuelto necesario, preciso y único.
Al dormir, tu piel envuelve mi piel y lo mágico del sentir se vuelve uno.
Al dormir, nada detiene la muralla de sentimientos que estoy aprendiendo a construir y de la cual tu te has vuelto su arquitecto.
Es más extraño aún, la conciencia que hay entre ambos de respeto, admiración, proteccion y de cómo los sentimientos que nos rodean, tienden a fusionarse para hacernos sonreir, guardar silencio y continuar.
Amo, profundamente poder tocar y recorrer con mis manos tu rostro, es como si aprendiera y de ello dependiera mi memoria.
Y, aprendo de códice, cada expresión y sensación que me provocas cuando al cerrar mis ojos tu imagen sigue allí.
Cada vez que toco y recorro tus ojos aprendo a querer ser visión en tu despertar.
Cada vez que recorro tus sienes, aprendo a querer ser un mejor pensamiento para ti.
Cada vez que toco tus labios, comprendo que la tibieza de ellos me pertenece…
Y, todo ello es mi verdad…
Lo perfecto del ser, es amar y tú me enseñas cuan perfecto eres al hacerlo para mí.
Al dormir, tengo por recuerdo las miles de palabras que pronuncias, lo suave de tu mano sosteniendo la mía, el caminar pausado cuando dejas que el tiempo nos rodee.
Al dormir, te veo junto a mí, cuidando mi soñar, alejando fantasmas de temores y preocupación.
Al dormir, me susurras “tranquila”, y sonrió en sueños, sabiendo que lo estaré, porque tú estarás allí para cuidar de mí y al amanecer, besarás mi frente y sabré que así fue.
Es extraño, que de un tiempo a la fecha, cuanto han cambiado mis sentidos. El cómo te las has ingeniado para hacerte necesario, él cómo con calma y bases, me haces ver y comprender que realmente te soy especial.
… Me alegra el alma oír tu voz, me alegra el ser, saber que estás allí y en mí.
Al dormir, ruego por un amanecer junto a ti… te has vuelto necesario, preciso y único.
Al dormir, tu piel envuelve mi piel y lo mágico del sentir se vuelve uno.
Al dormir, nada detiene la muralla de sentimientos que estoy aprendiendo a construir y de la cual tu te has vuelto su arquitecto.
Es más extraño aún, la conciencia que hay entre ambos de respeto, admiración, proteccion y de cómo los sentimientos que nos rodean, tienden a fusionarse para hacernos sonreir, guardar silencio y continuar.
Amo, profundamente poder tocar y recorrer con mis manos tu rostro, es como si aprendiera y de ello dependiera mi memoria.
Y, aprendo de códice, cada expresión y sensación que me provocas cuando al cerrar mis ojos tu imagen sigue allí.
Cada vez que toco y recorro tus ojos aprendo a querer ser visión en tu despertar.
Cada vez que recorro tus sienes, aprendo a querer ser un mejor pensamiento para ti.
Cada vez que toco tus labios, comprendo que la tibieza de ellos me pertenece…
Y, todo ello es mi verdad…
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