La soledad, es presión dando vueltas en la sangre... constante silenciosa y abrumadora.
Nada deja a su paso, nada que se pueda sostener.
La soledad nos invita a las añoranzas a tiempos pasados, donde un beso, una caricia y unas cuantas palabras, eran un mundo.
Desliza la soledad faltas de amor?, profundiza en los rincones cerebrales, el hecho de la carencia de un abrazo, de un abrazo que se adhirió a los sentidos en el mejor instante, en aquél espacio en que sólo se requería de una muestra de afecto para volver a enamorar.
La Soledad carcome, es egoísta, elitista y sombría, nada bueno hay en ella, sin embargo, es el vestigio de mal llamado "victorias". Victorias; fruto de la necesidad de sentirse amado, de creer ser amado, de entregar el todo a cambio de un sentimiento que a fin de cuentas, traiciona con los años.
Basta de mentir con esto de la soledad;
La soledad no es compañera, no es amiga y no brinda vida.
La soledad, tiene como única misión, desmoronar los recuerdos llenándolos de desidia y llevándonos a ellos, en viaje perpetuo de lo que creemos fueron
momentos de valor emocional.
Pero aún así la soledad, es lo único que tengo para ser...