Simplemente... si, simplemente quise hablar contigo en ausencia de tu ser.
Te hable de lo bueno que sería tenerte junto a mi;
De lo especial que sería, abrazar tu cuerpo y oír latir tu vida.
De lo perfecto que sería, poder deslizar mis dedos por tu cabello y rozar casi ingenuamente tus sienes.
De como mi vida ha bailado en tu ausencia.
De mis logros, esos que son grandiosos para mi alma.
De como te haces presente en mis segundos, en mis sonrisas que brotan al saber de tus andanzas.
Te dije, no mil cosas, como suelen darse en los clichés. Sólo dije un par - casi en susurro a la oscuridad, cómplice de mis secretos - quién se encargaría de llevarlas a ti.
Acariciando, la imaginaria suavidad de tu piel, deje que mi mente te diese forma a modo de poder concretar en mis sentidos tu presencia.
Y, fue en ese momento, en que el silencio rondó... tu no estás y en razón, las palabras se volcaron a mi conciencia.
No digas nada... déjame soñar