01 diciembre, 2016
... y, casi susurrando le pregunte a la noche; La soledad que nos da y que nos quita?
Me quede viendo al infinito del alma de ese día.
Creí, y tal vez, fue ese el error, el poder dilucidar de la noche una respuesta.
Sentí el vacio y mis venas dejaron de palpitar.
Sentí como lentamente, en agonía, solo deseaba el abrazo sincero, ese que te apacigua el dolor y te da a entender que habrá calma.
Rogué y no hubo respuesta. La noche avanzaba y no le importaba cubrir, rebanar y oscurecer todo a su paso. El silencio se adelanto a la oscuridad. Las nubes desaparecieron para dar paso a las estrellas...
Levante mi corazón entremedio de las murallas y te ví...
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