08 diciembre, 2016
... Me cansa, no la vida, si no que algunas situaciones que se dan en ella.
Pareciera que estoy acumulando rabia, pena, soledad en grandes cantidades:
Tan sólo quiero, sentarme frente al mar y dejar que todo fluya... y así, como las olas se enroscan en su propia creación y dan paso a la energía y a la libertad... para luego llegar tímidas a la orilla.
Así mismo quisiera... verme a mí misma, lo que han forjado y he forjado de mi. Llorar y liberar la energía, esa carga negativa y positiva a la vez y reconocer de todo lo que deja, la libertad de sentirse vivo.
Sentirse vivo - reflexión del segundo en que se respira - sentirse vivo, para qué?
Sentirse vivo para darse cuenta, que sé es un juguete, de un destino ya escrito. De uno que inocentemente se piensa se puede torcer.
Sentirse vivo para vibrar con las caricias de quién amas, crees amar, de quién quieres, crees querer, de quién gustas, crees gustar...
Sentirse vivo para abrazarse a las ilusiones, a los deseos, a las pasiones o a la brutalidad de la realidad.
Sentirse vivo para soñar y al tiempo darse cuenta que los sueños no son del todo factibles de concretar y volver a perderse en las nieblas de la frustración.
Qué hay, entonces de positivo? - Qué es lo que se puede desprender de pensamientos como estos?
Y, ahora... me señalan de como un ser que no ve las bellezas del diario vivir pues a todo le encuentro sólo lo trágico, lo dañino, lo perverso y la doble intencionalidad. Que nada, de lo que ofrece el día a día,es tal como se muestra... Precavido le llamo y me tildan de negativa. Vaya a saber!!, quien puede o pudiese tener la razón.
La noche se presenta, más oscura, más placentera, más ermitaña, más silenciosa, más temerosa... Yo quiero que la noche se presente y acoja mi mente...
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