14 septiembre, 2006


Salí relativamente temprano de casa y llegue a la hora a la reunión. Aunque tuve que esperar pues quienes participaban de ella aún no se presentaban. En el intertanto leí el diario, debíamos visitar un lugar abierto para que se formaran una impresión más acabada de cómo operaban acá las cosas.

Despúes de leer detenidamente el obituario, dí con el lugar, a las 12:30hrs., era el servicio, una iglesia... pasaríamos desapercibidos y no molestaríamos a nadie.

Llegamos a las 12:25hrs. Para sorpresa de las visitas, el lugar una sala pequeña al costado, dos arreglos florales, 5 personas y la urna.

- Vaya!... no es - pensé - lo que esperaban ver...

Una de ellas hizo un comentario:
- Qué poca gente!!!

y, la otra agrego:
- Qué triste!!!.


Nos alejamos un poco del lugar para que observaran la iglesia; no había rastros de que hubiese más gente ni que se iniciara el servicio. La realidad era esa... la persona estaba rodeada de su familia directa; su hija, nietas, una amiga de la hija y vecinas.

Si bien no estaba solo, el fallecido, me dio por pensar en que si lo estaba, no estaban sus amigos, sus conocidos, demás hijos o nietos, ni sus hermanos, ni sobrinos... al parecer vivió demasiado, que tuvo que ir a la sepultura de los demás. Qué triste debe haberse sentido al ver como su gente moría y se quedaba cada vez más sola... qué triste debe haber sido comenzar a vivir de los recuerdos y al mismo tiempo seguir envejeciendo y de un momento a otro comenzar ha olvidarlos... y ahora, cuando fue su turno, prácticamente se fue sola. Nadie dijo palabras sentidas por su partida, nadie le recordo como suele hacerse.

Al parecer es malo vivir por más tiempo... es cruel sobrevivir a quien amas.

Cómo se las arreglan los Inmortales para no sufrir la pena de ver a los tuyos y a quienes quieres partir?

1 comentario:

Aviva dijo...

"es cruel sobrevivir a quien amas."
Sí que sí.
Tu lo has dicho.
Es cruel... y es eterno... nunca se olvida.
Nos vemos amiguita!